La reunión fue «extremadamente positiva», logrando acuerdo con matices sobre las necesidades de Argentina.
El Presidente agradeció a los gobernadores por su voluntad de respetar el mandato popular de «no volver al pasado».
Se excluyó del diálogo a gobernadores como Kicillof, por «repetir el catecismo marxista» y recetas que «hundieron Argentina».
Hubo cordialidad con la mayoría, incluyendo a Jorge Macri, buscando dejar «cosas en el pasado».
Logros y Promesas Cumplidas
El gobierno ha cumplido todas sus promesas de campaña en menos de dos años, siguiendo un enfoque «bilardista».
Se alcanzó el equilibrio fiscal, reduciendo un déficit consolidado del 15% del PBI.
La emisión monetaria se detuvo a mediados del año pasado, proyectando el fin de la inflación para mediados del próximo año (agosto).
Se implementó la «competencia de monedas», permitiendo a los argentinos elegir su moneda, lo que ha llevado al fortalecimiento del peso.
La inflación diaria del 1.5% se redujo a un 2% mensual.
La economía, que se esperaba cayera un 15%, solo cayó un 1.8%, mostrando signos de recuperación.
Se sacaron 12 millones de personas de la pobreza y 6 millones de la indigencia.
Desafíos y Críticas
El «torpedeo» político del kirchnerismo y sus socios generó un aumento del riesgo país y una desaceleración económica.
El Presidente criticó a la «mala política» que busca el poder a costa de arruinar la vida de los argentinos.
Afirmó que el 76% de los argentinos no quiere volver al kirchnerismo.
Desmintió acusaciones de cerrar universidades, vender órganos o permitir tiroteos en escuelas, calificándolas de «mentiras» propias del «socialismo del siglo XXI».
Reconoció que el gobierno puede cometer errores, pero enfatizó el volumen de reformas realizadas, argumentando que «el que no hace nada no se equivoca».
Visión de Futuro y Reformas
Propuso a los gobernadores trabajar juntos para «hacer grande a Argentina nuevamente».
Existe consenso con los gobernadores sobre el equilibrio fiscal como «política de Estado» (déficit cero).
Se mostró dispuesto a debatir la coparticipación y la correspondencia fiscal, pero no como prioridad actual.
Se busca un «presupuesto base cero» y agrandar la torta económica en lugar de pelear por pedazos.
El esfuerzo fiscal del gobierno incluyó una caída del gasto público del 31.38% real (7 puntos del PBI), con provincias ajustando 3 puntos y municipios 0.54.
Reforma Laboral
Hay consenso absoluto con los gobernadores sobre la necesidad de una «modernización laboral».
El régimen laboral actual es «anacrónico» (70-80 años), lo que se refleja en la mitad de los trabajadores en el mercado informal.
La reforma no quita derechos a los trabajadores formales, quienes pueden mantener sus contratos actuales.
Gana derechos para quienes están en el sector informal y para los jóvenes, facilitando su ingreso al mercado laboral.
Introduce el concepto de «prelación»: el convenio más chico (empresa, municipio, provincia, región) domina al más grande (nacional).
Esto permite ligar el salario a la productividad regional, haciendo viables empresas en zonas de menor productividad.
Se proyecta un aumento del 17% en el empleo formal, liberando a las provincias de la necesidad de contratar empleados públicos.
Impacto del Equilibrio Fiscal
Alcanzar el equilibrio fiscal permitiría a Argentina crecer de manera permanente un 4% per cápita durante más de 30 años, logrando la convergencia con países desarrollados.
El crecimiento podría ser aún mayor (7-10%) con reformas más ambiciosas.
El PBI per cápita ha caído un 15% desde 2011, y el gobierno busca revertir esta tendencia.
Se prioriza la inversión en capital humano (Plan Mil Días, UH, salud, educación) para formar a los jóvenes y darles oportunidades.