El orador expresa su placer y honor de estar en Chile, destacando la felicidad personal que le produce su visita.
Rememora su interacción con Milton Friedman, quien, a pesar de sus diferencias metodológicas, lo introdujo indirectamente a la Escuela Austríaca.
Describe su temprano contacto con la Escuela Austríaca a los 15 años, influenciado por una referencia de Friedman a Hayek y Mises, y luego por su profesor de economía que recomendó «La acción humana» de Mises.
El Premio Nobel a Hayek un año después reforzó su convicción y le dio prestigio entre sus compañeros.
La Conversión de Javier Milei a la Escuela Austríaca
El orador explica su presencia en Chile gracias a su discípulo Víctor Espinoza, en el marco de un viaje a Argentina para recibir un doctorado honoris causa en la UCEMA.
Describe a Javier Milei como un profesor de economía apasionado que, tras dominar el mainstream, «vio la luz» al descubrir la Escuela Austríaca.
Milei reconoció ante sus alumnos que todo lo enseñado previamente era «mentira» y se comprometió a enseñar «la verdad» de la Escuela Austríaca.
Su «shock traumático» fue un artículo de Rothbard que demolía la teoría neoclásica de la competencia y el monopolio.
Milei es generoso intelectualmente, citando constantemente a sus maestros (Hayek, Mises, Rothbard) y al propio orador.
Las Raíces Escolásticas de la Escuela Austríaca y el Pensamiento de Milei
El orador argumenta que las ideas de Milei tienen profundas raíces en la Escuela de Salamanca del Siglo de Oro español.
El Problema de la Información y el Precio Justo:
Juan de Lugo (1645) planteó que el «pretium justum mathematicum» (precio de equilibrio) es tan complejo que «solo Dios puede conocerlo».
Juan de Salas (1627) afirmó que la información necesaria para que un gobernante coordine mandatos es tan rica y variable que «comprenderla y ponderarla exactamente es cosa solo de Dios, no de los hombres».
La Competencia como Proceso Dinámico:
Luis de Molina y Jerónimo Castillo de Bobadilla describieron la competencia como un proceso de «emulatio» (rivalidad) entre empresarios que tiende a bajar los precios, en contraste con el modelo estático de «competencia perfecta» del mainstream.
La Teoría Subjetiva del Valor:
Diego de Covarrubias y Leyva (Obispo de Segovia) fue el primero en articular que el valor es subjetivo y depende de la «estimatio» (apreciación) de los hombres, incluso si es «alocada».
Critica a Adam Smith por desviar la disciplina hacia una teoría objetiva del valor-trabajo, que sirvió de base para la teoría marxista de la explotación.
Teoría Monetaria y Banca de Reserva Fraccionaria:
Martín de Azpilcueta articuló la teoría cuantitativa del dinero, observando que la abundancia de dinero en España elevaba los precios y la hacía menos competitiva.
El incremento de la cantidad de dinero no produce prosperidad, sino que desarticula la estructura de precios relativos.
Los escolásticos (Luis Saravia de la Calle, Tomás de Mercado, Domingo de Soto) distinguieron entre depósito y préstamo, y criticaron la creación de dinero bancario con reserva fraccionaria, que genera ciclos económicos y pobreza a largo plazo.
La Ley Bancaria de Peel (1844) intentó limitar la emisión de papel moneda, pero no abordó los depósitos a la vista, perpetuando la inestabilidad financiera.
La «Motosierra» de Milei y Juan de Mariana:
El Padre Juan de Mariana criticó la Compañía de Jesús por su estructura jerárquica y el exceso de leyes, que lleva a la pérdida de respeto y errores.
Propuso reducir el gasto público y evitar guerras innecesarias.
En su obra «De Monetate Mutatione», explicó que la devaluación de la moneda (inflación) es un impuesto perverso que daña a los más pobres y es un acto de tiranicidio.
Milei, siguiendo esta línea, propone no solo reducir el gasto y la regulación, sino también declarar la monetización del déficit público como un delito imprescriptible, con penas de prisión para los responsables.